La cartera permanente a fondo: Una visión cuantitativa
Introducción:
Quiero aquí analizar en profundidad, desde un punto de vista
cuantitativo, a la cartera permanente, popularizada por Harry Browne.
Como muchos ya sabréis, la base de dicha cartera es estar
permanentemente invertidos de la siguiente manera:
25% Renta Variable.
25% Renta Fija de largo plazo.
25% Oro
25% Liquidez (representada por la Renta Fija de la menor duración posible).
Con esta distribución de activos, Harry Browne pretendía
protegerse de todos los escenarios económicos posibles (crecimiento, recesión,
alta inflación, deflación, …), de manera que cuando alguno de dichos activos le
fuera especialmente mal, hubiera alguno que más que compensara dicha pérdida.
En el caso que alguna de las “patas” de la cartera
permanente se moviera excesivamente del rango inicial del 25%, entonces se
realiza un rebalanceo, con el objetivo de volver a tener equilibrada la
cartera.
Tenéis explicada la filosofía que hay detrás de la cartera
permanente en este artículo de Rafa Ortega:
https://www.riverpatrimonio.com/post/carterapermanente
Los datos históricos:
En la página web de Portfoliocharts.com, podemos obtener una estimación de los resultados de la cartera permanente (desde el punto de vista de un inversor de USA, ya que es el mercado del que existen los mejores datos históricos para realizar estos estudios), que son los que os adjunto:
Además dicha rentabilidad anual hubiera sido bastante estable alrededor de dichos parámetros.
Adjunto también los datos referentes a los peores períodos que hubiera tenido, conocido técnicamente como drawdowns.
Aquí puede observarse que utilizando datos anuales, la peor
racha negativa hubiera sido ver tu cartera disminuir un 13% de un año a otro.
Medido en tiempo durante el cual no hubieras disfrutado de nuevos máximos en tu
cartera, el peor período de tiempo fue aguantar unos 3 años con pérdidas
latentes.
Mi propio análisis:
Como nunca me ha gustado mucho esto de aceptar tal cual los
resultados de los backtest que te vas encontrando por internet, decidí realizar
un estudio propio cuantitativo sobre la cartera permanente.
Para ello la primera dificultad era encontrar los datos que fueran suficientemente
buenos, y sobre todo que fueran lo suficientemente hacia atrás en el tiempo,
como para montar un buen estudio.
Para cada una de las “patas” de la cartera permanente utilicé los siguientes:
·
Renta Variable de USA: en la página web de
portfoliovisualizer obtuve los rendimientos mensuales de los siguientes fondos
de inversión específicos de renta variable norteamericana.
MITTX (MFS Massachusetts Investors TR A) de 1972 hasta abril de 1992.
VTSMX (Vanguard Total Stock Mkt Idx Inv) desde mayo de 1992 hasta abril de
2022.
·
Renta Fija de largo plazo de USA: en la página
web de portfoliovisualizer obtuve los rendimientos mensuales del siguiente
fondo de inversión específicos de renta fija norteamericana de largo plazo.
VWESX (Vanguard Long Term Investment – Grade Inv) de Agosto de 1973 hasta abril
de 1992.
·
Oro: https://www.cotizacionrealoro.com/historicos-graficas-evolucion-precio-oro
·
Renta Fija de corto plazo de USA: en la página
web de portfoliovisualizer obtuve los rendimientos mensuales del activo libre
de riesgo ligado a la liquidez, representado por el siguiente índice: CASHX
·
Adicionalmente, y para quitar el efecto de la
inflación, obtuve los incrementos de inflación mensuales en USA a través del
enlace: fxtop.com/es/calculadora-de-inflacion.php
Una vez ya con todos los datos en el Excel, simulé cómo
hubiera evolucionado una cartera compuesta por el 25% en cada uno de estos
activos, que rebalanceara cada final de mes para volver a tener la estructura
inicial del 25% en cada activo.
Los datos que arrojaron mi estudio desde agosto de 1974
hasta abril de 2022, reflejados en sus principales métricas, fueron los
siguientes:
Resultados del análisis:
Es decir, comprobé que en esos casi 48 años de histórico, la
Permanent Portfolio (PP) obtuvo un rendimiento anual real (ya descontada la
inflación) del 4,17%.
A priori me parece inferior al que la página portfoliocharts reflejaba.
Pero debo tener en cuenta que yo he rebalanceado la cartera permanente cada
final de mes, y en cambio en portfoliocharts la rebalanceaban anualmente, por
lo que puedo admitir que rebalancear cada año, puede aportar una rentabilidad
extra a la cartera permanente, basada en el hecho de que deja más tiempo al
activo que mejor se esté comportando, a que siga comportándose bien.
Por tanto, y a grandes rasgos, doy por bueno el experimento, y admito como
plausible la hipótesis general que la cartera permanente puede dar (a largo
plazo) entre un 4% y un 5% anual real de rentabilidad.
En cuanto a la standard desviation, comprobé que era
razonable esperar alrededor de un 7% anual.
Así mismo el máximo drawdown que me salió en el estudio fue
del -15,43%, superior al que aparecía en el caso de portfoliocharts. También en
este caso lo veo razonable, ya que en mi estudio aparece el max DD en datos
mensuales, que siempre va a ser superior al que aparezca en base a analizar
datos anuales.
Adicionalmente comprobé que el máximo período de tiempo,
medido en meses, que había que esperar para que la cartera permanente nos
ofreciera nuevos máximos, se situaba en 21 meses. Aquí mejoraba la métrica que
nos aportaba portfoliocharts, pero claro al trabajar ellos con datos anuales,
mis 21 meses podrían perfectamente sobreponerse durante 3 años naturales, por
lo que tampoco puedo descartar que el resultado de portfoliocharts sea erróneo.
Por tanto, bajo mi punto de vista y a grandes rasgos, doy
por bueno el experimento, y admito como plausible la hipótesis general que la
cartera permanente puede dar (a largo plazo) entre un 4% y un 5% anual real de
rentabilidad, con una volatilidad anual del 7%, un máximo susto que con datos
mensuales superaría el -15% y que en algún momento debemos estar preparados
para aguantar períodos de unos 2 años sin ver rentabilidades positivas.
Retorciendo a la cartera permanente – Vamos a intentar
batirla:
Una vez ya tienes en un Excel todos los datos necesarios, es
difícil resistirse a la tentación de no intentar buscar alguna manera de mejorar
alguno de los ratios que ofrece la cartera permanente.
En mi caso, he intentado realizar una sencilla técnica de
seguimiento de tendencias en cada uno de los 3 activos de riesgo de la cartera
permanente (renta variable, renta fija de largo plazo y oro), dejando fija la
parte de liquidez (renta fija de corto plazo).
Para la renta variable y el oro, les he aplicado dos Roc
(Rate of Change) de 6 y de 12 meses, de tal manera que en el caso que el precio
a final de mes de cada activo, superara al precio a final de mes de hace 6 y 12
meses, entonces el 100% estaría invertido en ese activo.
En el caso que sólo superara a uno de los dos comparativos, entonces sólo el
50% estaría invertido en el activo y el 50% restante estaría invertido en renta
fija de corto plazo.
Y en el caso que tanto comparándolo con hace 6 y 12 meses, el precio hubiera
bajado, entonces estaría 0% invertido en el activo, y nos refugiaríamos 100% en
la renta fija de largo plazo.
Exactamente lo mismo le aplico a la parte de la cartera permanente
reservada a la renta fija a largo plazo, pero en este caso los Roc utilizados
son el de 3 y 6 meses, debido a que históricamente la renta fija de largo plazo
ha tenido menos volatilidad que la renta variable y el oro, por lo que me
permito el lujo de “afinar” más con el market timing que le aplico.
Os muestro los resultados de mi experimento “táctico” (TPP = Tactical Permanent Portfolio):
Resultados de mi intento:
Como podéis observar no he tenido éxito en cuanto a
rentabilidad de mi sistema táctico.
La rentabilidad real anualizada en estos 48 años de estudio de mi versión
“táctica” de la cartera permanente, ha disminuido desde el 4,17% al 3,93%.
Sin embargo sí que he conseguido reducir sustancialmente el
riesgo intrínseco que tiene la cartera permanente, tanto medido en standard
desviation (que baja del 7,61% al 6,01%) como medido en el Max DD (que baja del
-15,43% al -8,44%) como medido en el máximo período de tiempo que necesitas
para ver nuevos máximos en tu cartera (que baja de 21 a 18 meses).
Eso hace que, en conjunto, la versión táctica de la cartera
permanente tenga mejor rentabilidad ajustada al riesgo, que la versión clásica
de la misma (el ratio Sharpe aumenta del 0,55 original al 0,65 de mi versión
táctica).
Una última idea: ¿y si hacemos 50% original y 50%
táctica?
Viendo que mi intento de batir a la cartera permanente sólo
ha tenido éxito parcialmente, queda la opción de intentar juntar lo mejor de los
dos mundos.
Para ello calculo cómo hubiera evolucionado una cartera en
la que el 50% hubiera seguido la evolución de la cartera permanente original y
el otro 50% hubiera seguido a mi versión táctica de la cartera permanente.
De esta manera pretendo ver si existe alguna evidencia
cuantitativa sobre si es interesante, o no, combinar las dos visiones de la
inversión (la estratégica y la táctica).
Aquí los resultados (50%PP50%TPP = 50% Permanent Portfolio y 50% Tactical Permanent Portfolio):
Y como era de esperar, sí que se observan algunas ventajas
al hecho de combinar ambas visiones.
En cuanto a la rentabilidad anual real esperada, se sitúa a
medio camino entre las dos versiones anteriores, pero más cerca de la mejor
versión en este aspecto (la cartera permanente) que de la peor versión en este
aspecto (la cartera permanente táctica).
En cuanto a la standard desviation, se sitúa a medio camino
entre las dos versiones anteriores, pero más cerca de la mejor versión en este
aspecto (la cartera permanente táctica) que de la peor versión en este aspecto
(la cartera permanente).
En cuanto al Max DD, Max Underwater period y Ratio Sharpe
exactamente la misma conclusión.
Conclusiones finales del estudio:
Pues después de haberlo intentado batir por activa y por
pasiva a la cartera permanente, me ha quedado claro que fue muy bien diseñada
por el señor Browne en su día.
La verdad es que dio en la tecla a la hora de escoger cuatro
activos de inversión que están lo suficientemente descorrelacionados entre sí y
que se complementan tan bien a lo largo de cualquier momento del ciclo
económico.
Todos los intentos que he realizado para obtener una versión
táctica de la cartera permanente, que batiera en todas y cada una de las
principales métricas del sistema, no lo han conseguido totalmente (aunque sí
parcialmente).
A tal efecto os dejo la tabla final con los resultados
globales del estudio para que, cada uno de vosotros personalmente, pueda
valorar si le merece la pena intentar batir a la versión clásica de la cartera
permanente, o bien dejarlo estar y confiar en los resultados históricos que ha
presentado.
Para inversores más conservadores (como es mi caso), el
realizar algún intento de gestión táctica de la cartera permanente, le
reportará más rentabilidad ajustada al riesgo (al ser la versión táctica más
defensiva que la versión estratégica).
Para inversores más arriesgados, la verdad es que lo ideal es no complicarse
demasiado, y seguir las recomendaciones originales de Harry Browne (que es una
visión más agresiva).
Finalmente, para todos aquellos que quieran acercarse a lo mejor de ambas
visiones, siempre queda la posibilidad de montar una cartera 50-50, que
ofrecerá resultados muy estables a lo largo del tiempo.
Excelente, muchas gracias!
ResponderEliminarGracias a tí por tu interés. Muy contento que guste el contenido del blog.
ResponderEliminarImpresionante trabajo.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir este artículo.
Muchas gracias por tus palabras.
EliminarBuenas Jaume.
ResponderEliminarGran trabajo!
¿Podrías compartir la excel con las fórmulas que has utilizado?.
Gracias!
Gracias.
EliminarEl Excel es fruto de mucho trabajo y es mi carta de diferenciación para futuros proyectos que pueden (o no) salir adelante, por lo que no puedo compartirlo gratuitamente.
Saludos.